“La formación hace crecer nuestra vida espiritual, humana y apostólica. Debe estar adaptada a las aptitudes de cada una y orientada a responder a los desafíos del mundo”
En días recientes, un grupo de profesas de votos temporales de la Sociedad del Sagrado Corazón de Jesús se reunió en la comunidad de León, Guanajuato, para compartir, orar y reflexionar en torno a un tema fundamental para la vida religiosa: cómo cuidar la vida interior en medio de la vida apostólica.
Durante el encuentro, las hermanas de la comunidad que las acogieron compartieron con generosidad sus experiencias sobre cómo equilibran la vida espiritual y el compromiso apostólico en su día a día. Fue un espacio de sororidad, escucha y mutuo aprendizaje que alimentó el corazón y fortaleció la vocación.
Además, tuvimos la alegría de contar con la presencia de las encargadas de acompañar a jóvenes profesas en Estados Unidos y México, lo cual nos permite seguir dando pasos firmes y esperanzadores en el camino hacia la nueva provincia, desde una mirada común y colaborativa.
También nos acompañaron con su cercanía y testimonio Chihiro, RSCJ de Japón, y Carmen, religiosa de la Compañía de Santa Teresa, enriqueciendo el diálogo desde otras realidades de la vida consagrada.
El encuentro fue también un recordatorio de que la comunidad es lugar esencial para el crecimiento y el discernimiento, como lo expresa con claridad nuestro texto fundante:
“La comunidad es nuestro principal lugar de formación en la medida en que experimentamos en ella apoyo e interpelación para crecer como personas y como religiosas del Sagrado Corazón”
La jornada incluyó momentos de oración, conversación fraterna, silencio compartido y proyección común. En cada uno de ellos, se hizo presente el deseo de permanecer fieles al Espíritu que nos llama y envía.
“El discernimiento será el sello distintivo de todo nuestro gobierno. Exige libertad interior, disponibilidad y desprendimiento de nosotras mismas, que nos mantengan dispuestas a ir allí donde seamos enviadas”
Este encuentro es parte de un proceso continuo de formación espiritual y comunitaria que busca cultivar la interioridad, el discernimiento y el compromiso misionero de quienes han respondido con generosidad al llamado del Corazón de Jesús.
