La visión educadora de Sofía Barat

El siglo XIX es un momento clave de la historia universal y de América Latina. Es el tiempo de la  revolución industrial y los procesos de emancipación de los pueblos americanos; la crisis de conciencia, marcada por el enciclopedismo, que trajo consigo la disolución de los valores tradicionales, tanto intelectuales como sociales y religiosos; la fuerte crisis económica, que afectó principalmente a la nobleza.

Magdalena Sofía, con base en su experiencia, descubre en la educación de la mujer un gran potencial, ya que ve en ella la responsabilidad de la educación de la familia y de la transformación de la sociedad para reavivar la fe y dar a conocer el amor del Corazón de Jesús.

Todo esto exigió un compromiso con sentido humanista para reconstruir el tejido social. En el contexto de la Revolución Francesa, en una sociedad convulsionada y un ambiente de persecución religiosa, Magdalena Sofía Barat, junto con otras compañeras, unidas por el atractivo a la vida contemplativa y el deseo de ayudar a la sociedad de su tiempo, fundan el 21 de noviembre de 1800, la Sociedad del Sagrado Corazón, para dar respuesta a las necesidades de dicho momento histórico.

“Es necesario que todas las religiosas que son llamadas a trabajar en la educación de las jóvenes, estén vivamente penetradas de la importancia de esta obra que tiene tan grandes consecuencias para la propagación de la fe, el honor de la religión y el restablecimiento en el mundo de las buenas costumbres y de la verdadera y sólida piedad…”

Motivada por una sociedad a la que había que dar una respuesta responsable, teniendo como horizonte la unión y conformidad con el Corazón de Jesús, funda el primer Colegio del Sagrado Corazón en Amiens, en 1801.

Esta obra educadora se extendió rápidamente por el mundo entero. En 1818, la Sociedad llega a América, encabezada por Rosa Filipina Duchesne, quien desembarca en Louisiana (Estados Unidos). Para 1865, la Sociedad del Sagrado Corazón ya contaba con 89 casas, de las cuales 64 estaban en Europa y 25 en América.

La expansión se realiza gracias al impulso de Magdalena Sofía y sus religiosas, a su deseo de extender el amor del Corazón de Jesús a pesar de las dificultades que se les pudieran presentar. Acoger nuevas culturas fue también una riqueza para los miembros de la Sociedad, ya que se abrieron, aprendieron y se dejaron modificar por diferentes culturas. 

(Modelo Educativo, Red de Colegios del sagrado Corazón, Provincia de México)