Tú eres mi Hijo
El bautismo de Jesús marcó un antes y un después en su vida. De ser un carpintero conocido sólo en su pueblo, pasó a ser profeta, sanador, anunciador de la Buena Noticia. Lo que Jesús experimentó ese día, lo sostuvo para siempre, a pesar de las incomprensiones e incluso la perspectiva de la muerte. “Tú eres mi hijo”.