¿Estas harta o harto y sientes que necesitas transformar tu vida?
La gratitud es una emoción que puede ayudarte a valorar y llenar de sentido tu vida y a enriquecer la manera como te relacionas contigo mismo y con el entorno.
Empezamos por entender etimológicamente la palabra gratitud nos dice la RAE:
GRATITUD. sustantivo femenino. Sentimiento que obliga a una persona a estimar el beneficio o favor que otra le ha hecho o ha querido hacer, y a corresponderle de alguna manera.
Del latín gratitūdo, y esta de gratus (“agradecido, grato”), del protoitálico *gʷrāt- (“gracia”), del protoindoeuropeo *gʷerhₓ- (“alabar”).
Al observar la raíz de la palabra gratitud, sin duda alguna, termina siendo gracia vivirnos en un estado constante de gratitud como alabanza ante el don de la vida y ejerciendo nuestra capacidad de asombro.
Gracias es una palabra que culturalmente utilizamos de manera cotidiana. Agradecer es un hábito que ejercitamos cuando recibimos algo, nos hacen un favor o nos ayudan. Es una palabra que decimos casi por costumbre y muchas veces no somos conscientes de su profundidad.
Te invitamos a observar en tu día, cuántas veces dices ‘gracias’ a quién se lo dices y cómo lo vives o experimentas.
Ser agradecidos en nuestra vida cotidiana es bueno; sin embargo, hoy te queremos invitar a profundizar en la experiencia de la gratitud.
La gratitud es una emoción que cuando la experimentamos viene acompañada de otras emociones, sentimientos y pensamientos. Podemos sentirnos amados, afortunados, felices; es un sentimiento genuino y hondo que nos lleva a experimentar una profunda comunión con la vida y con las personas, nos regala compasión y muchas veces nos vuelve generosos porque nos vivimos desde esa abundancia de vida.
La gratitud nos transforma, nos hace mejores personas, nos ayuda a disolver emociones como el miedo, la angustia, la rabia u otras que pueden ser mentalmente tóxicas.
Nuestra mente constantemente esta bombardeada por infinidad de información y pensamientos; tiende a enfocarse en lo negativo, en las carencias o en lo que puede significar para ella peligro, y como nuestro instinto de supervivencia esta siempre alerta, nuestra mente genera pensamientos amenazantes que terminan dominándonos y si no paramos pueden afectar de manera significativa nuestros actos, nuestros hábitos y nuestra vida.
Por ello es de vital importancia observar nuestros pensamientos y cultivar un estado mental de gratitud, que se verá reflejado en nuestra actitud. Lo podemos hacer con la práctica de acciones sencillas y cotidianas cada día. Te dejamos algunas sugerencias para estimular tu reflexión y puedan ayudarte a cambios positivos en tu día a día.
- Presta atención a las cosas buenas que sí te ocurren.
- Observa cuántas cosas malas pudieron haber pasado y no pasaron.
- Identifica cosas pequeñas que te suceden y que son vitales para ti y sueles pasar por alto.
- Observa la abundancia en la naturaleza, ¡el universo es abundancia!