Volver a casa
Hoy se nos regala la posibilidad de volver a empezar, de vivirnos como verdaderos hijos de Dios.
- En el desierto, Dios ayudó al pueblo a sobrevivir por medio del maná. Pero nuestra vocación no es a sólo “sobrevivir” sino a vivir de verdad. A sentirnos en casa, en una tierra que podamos llamar nuestra. Fue una buena noticia cuando el pueblo por fin pudo comer de los frutos de la tierra, sembrados por ellos mismos.